GRUPOS

sábado, noviembre 11, 2006

Camino Neo-Catecumenal

El Señor nos ha llamado a vivir un camino de conversión, a través del cual estamos descubriendo la inmensa riqueza de nuestra fe en un catecumenado post-bautismal. Durante este catecumenado, gradualmente, etapa por etapa, paso a paso, descendemos a las aguas de la regeneración eterna, de forma que el bautismo que la Iglesia nos confió en el pasado, mediante nuestra adhesión a él, se convierta en sacramento de salvación, en buena noticia para todos los hombres. A través del Neocatecumenado se abre en el centro de la parroquia un camino de iniciación cristiana que desarrolla un trabajo pastoral de evangelización para adultos. Esta evangelización está trayendo a una fe viva a muchos de nuestros hermanos quienes hoy viven un cristianismo de costumbres y hábitos y está permitiendo que mucha gente sumergida en un mundo secularizado tenga la posibilidad de encontrarse con Jesucristo a través de comunidades cristianas que viven su fe en un nivel adulto del amor en la dimensión de la cruz y en una unidad perfecta. El Camino Neocatecumenal se vive dentro de la estructura existente de la parroquia y en comunión con el obispo, en pequeñas comunidades compuestas por gente diferente en edad, estatus social, apariencia y cultura. No es un grupo formado espontáneamente, ni una asociación, ni un movimiento espiritual, ni una elite dentro de la parroquia. Más bien es un grupo de gente que desean redescubrir y vivir la vida cristiana en toda su plenitud, vivir las consecuencias esenciales de su Bautismo, por medio de un Neocatecumenado dividido en diferentes etapas, tal como el Catecumenado de la Iglesia primitiva, pero adaptado a su condición de personas ya bautizadas. El Señor nos ha llamado a vivir un camino de conversión, a través del cual estamos descubriendo la inmensa riqueza de nuestra fe en un catecumenado post-bautismal. Durante este catecumenado, gradualmente, etapa por etapa, paso a paso, descendemos a las aguas de la regeneración eterna, de forma que el bautismo que la Iglesia nos confió en el pasado, mediante nuestra adhesión a él, se convierta en sacramento de salvación, en buena noticia para todos los hombres. A través del Neocatecumenado se abre en el centro de la parroquia un camino de iniciación cristiana que desarrolla un trabajo pastoral de evangelización para adultos. Esta evangelización está trayendo a una fe viva a muchos de nuestros hermanos quienes hoy viven un cristianismo de costumbres y hábitos y está permitiendo que mucha gente sumergida en un mundo secularizado tenga la posibilidad de encontrarse con Jesucristo a través de comunidades cristianas que viven su fe en un nivel adulto del amor en la dimensión de la cruz y en una unidad perfecta. El Camino Neocatecumenal se vive dentro de la estructura existente de la parroquia y en comunión con el obispo, en pequeñas comunidades compuestas por gente diferente en edad, estatus social, apariencia y cultura. No es un grupo formado espontáneamente, ni una asociación, ni un movimiento espiritual, ni una elite dentro de la parroquia. Más bien es un grupo de gente que desean redescubrir y vivir la vida cristiana en toda su plenitud, vivir las consecuencias esenciales de su Bautismo, por medio de un Neocatecumenado dividido en diferentes etapas, tal como el Catecumenado de la Iglesia primitiva, pero adaptado a su condición de personas ya bautizadas. Como consecuencia, estas comunidades tienen la misión de ser, en el interior de la parroquia, el signo y sacramento de la Iglesia misionera (Sínodo de Obispos), de abrir un camino concreto de evangelización para los alejados, dando - en la medida en la que la fe se ha desarrollado - los signos que llaman a conversión a los paganos, esto es, el amor en la dimensión de la cruz y la unidad. "Amaos los unos a los otros como Yo os he amado. En esto conocerán que sois mis discípulos" (Jn, 12, 34-35). "Padre, que sean uno en nosotros, como Tú lo eres en Mí y Yo en Ti, para que el mundo crea que eres Tú quien me ha enviado" (Jn, 17,21)